Taxonomía Verde: El Camino hacia un Futuro Sostenible

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Taxonomía Verde: El Camino hacia un Futuro Sostenible

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La búsqueda del desarrollo sostenible ha impulsado diversas iniciativas legislativas internacionales, entre ellas la Taxonomía Verde de la Unión Europea. Su objetivo es orientar las inversiones y las actividades económicas hacia iniciativas que promuevan la preservación del medio ambiente, la reducción de las emisiones de carbono y el uso eficiente de los recursos naturales. En este artículo exploramos los fundamentos de la Taxonomía Verde, su importancia en la transición hacia una economía baja en carbono y el futuro de este instrumento para la construcción de un mundo más sostenible.

¿Qué es la Taxonomía Verde?

La Taxonomía Verde de la Unión Europea es un sistema de clasificación desarrollado para identificar qué actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Este sistema proporciona criterios claros y detallados para determinar si una inversión puede ser considerada ecológica, ayudando a dirigir el capital hacia proyectos que promuevan la sostenibilidad.

Objetivos e Importancia de la Taxonomía Verde

La Taxonomía de la Unión Europea (UE) es un esfuerzo para regular los requisitos de divulgación de información no financiera. Establecida por el Reglamento UE 2020/852, la taxonomía verde tiene varios objetivos que pretenden alinear las actividades económicas con los objetivos ambientales globales. Sus principales objetivos son:

  • Ayudar a aumentar las inversiones en proyectos que contribuyan a los objetivos ambientales de la UE;
  • Proteger a los inversores contra el «greenwashing»;
  • Ayudar a las empresas a planificar y financiar su transición ecológica;
  • Uniformizar lo que los inversores clasifican como “verde”, reduciendo la asimetría de información;
  •  Ayudar a dirigir las inversiones hacia donde son más necesarias para cumplir con las ambiciones climáticas y ambientales de la UE.
Destacado de texto que refiere que los sectores de la banca y servicios observaron un aumento del 70% en el número de incidentes de greenwashing.

La importancia de la Taxonomía Verde radica en su capacidad para proporcionar un marco claro y coherente que ayuda a inversores, empresas y gobiernos a alinear sus actividades con los objetivos ambientales globales.

Sectores económicos incluidos en la Taxonomía

La Taxonomía Verde tendrá impacto en varios sectores económicos. Las entidades del sector financiero y las grandes empresas de interés público con más de 500 trabajadores tendrán que divulgar cómo y en qué medida sus actividades contribuyen a los objetivos ambientales. La Comisión Europea ha establecido criterios para las actividades económicas que son relevantes en la promoción de la neutralidad climática y adaptación al cambio climático. Se han identificado actividades distribuidas en diversos sectores, incluyendo:

  • Silvicultura
  • Actividades de protección y recuperación ambiental
  • Producción industrial
  • Energía
  • Suministro de agua, alcantarillado, gestión de residuos y descontaminación
  • Transporte
  • Construcción y actividades inmobiliarias
  • Información y comunicación
  • Actividades profesionales, científicas y técnicas
  • Gas y energía nuclear

El hecho de que algunas o todas las actividades de una empresa no estén incluidas en la lista no significa que no sean sostenibles. Puede significar simplemente que los criterios aún no han sido desarrollados para esas actividades y, por lo tanto, todavía no están abarcadas por la Taxonomía de la UE.

Condiciones para las Actividades se Consideren Alineadas con la Taxonomía de la UE

La Taxonomía Verde se basa en criterios específicos que orientan la identificación de actividades económicas ambientalmente sostenibles. Estos criterios son esenciales para garantizar que las inversiones estén alineadas con los objetivos de sostenibilidad y promuevan prácticas responsables y beneficiosas para el medio ambiente y la sociedad.

Los criterios no sólo orientan a los inversores, sino también ayudan a las empresas y gobiernos a alinear sus actividades y políticas con las metas globales de sostenibilidad. A continuación, presentamos una visión general de los principios que fundamentan la Taxonomía Verde:

  • Contribución sustancial a los objetivos ambientales: La actividad debe contribuir significativamente al menos a uno de los seis objetivos ambientales definidos por la taxonomía:

– Mitigación del cambio climático;

– Adaptación al cambio climático;

– Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos;

– Transición hacia una economía circular;

– Prevención y control de la contaminación;

– Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.

  • No causar daños significativos: La actividad no debe causar daños significativos a ninguno de los demás objetivos ambientales. Este principio garantiza que una contribución positiva en un área no se vea compensada por impactos negativos en otra;
  • Cumplimento de criterios técnicos: La actividad debe cumplir criterios técnicos de rendimiento específicos (Technical Screening Criteria) que se establecen para cada objetivo ambiental. Estos criterios proporcionan normas concretas y mensurables;
  • Salvaguardias sociales mínimas: La actividad debe cumplir las salvaguardas sociales mínimas, como los derechos humanos y los derechos de los trabajadores, de acuerdo con principios y directrices internacionales, incluidas las directrices de la ONU y la OCDE.
Condiciones para que las actividades se consideren alineadas con la taxonomía de la UE.

Fig. 1   Condiciones para que las actividades se consideren alineadas con la taxonomía de la UE

Alinear las Empresas con la Taxonomía Verde

La implementación de la Taxonomía Verde implica un conjunto de etapas y desafíos que deben gestionarse para garantizar su éxito. El papel de los gobiernos y las instituciones es crucial en este proceso, ya que proporcionan el apoyo necesario y establecen las directrices para la adopción de prácticas sostenibles.

Pasos para que las Empresas se Alineen con la Taxonomía Verde

Alinear las actividades de una empresa con la Taxonomía Verde de la Unión Europea requiere un proceso estructurado. A continuación, se describen los principales pasos necesarios para garantizar el cumplimiento con los requisitos establecidos por el reglamento:

  1. Evaluar la Elegibilidad y el Alineamiento de la Empresa con la Taxonomía Verde
  • Elegibilidad: Evaluar las actividades de la organización que son elegibles para su inclusión en la taxonomía. Esto implica comprobar si las actividades están incluidas en los criterios de sostenibilidad de la taxonomía;
  • Alineamiento: Determinar el nivel de alineación de las actividades elegibles con los criterios técnicos establecidos por la taxonomía. Esto incluye evaluar la contribución sustancial a los objetivos ambientales y el cumplimiento de los estándares de rendimiento;
  • DNSH (Do No Significant Harm): Garantizar que las actividades no causen daños significativos a ninguno de los otros objetivos ambientales. Este paso requiere un análisis detallado de los impactos potenciales y la implementación de medidas mitigadoras, si es necesario;
  • Salvaguardas Mínimas: Verificar el cumplimiento con las salvaguardas sociales mínimas, como derechos humanos y derechos laborales, alineados con los principios de la ONU y la OCDE.

2. Desarrollar un Plan de Acción para Alinear la Empresa con la Taxonomía

  • Estrategia de Alineación: Desarrollar una estrategia integral para alinear las actividades y operaciones de la organización con los criterios de la taxonomía. Esto puede implicar la reestructuración de procesos, la adopción de nuevas tecnologías y la implementación de prácticas sostenibles;
  • Implementación: Ejecutar el plan de alineamiento, garantizando que todas las partes de la organización estén conscientes de los requisitos y compromisos. Esto puede incluir formación, cambios operativos y alteraciones en la cadena de suministro;
  • Monitorización y Revisión: Establecer mecanismos de monitorización y seguimiento para garantizar que la organización mantiene el cumplimiento con los criterios de la taxonomía. Deben implementarse mejoras siempre que sea necesario.

3. Calcular los KPI y Preparar las Divulgaciones Obligatorias

  • Identificación de los KPI: Definir y calcular los Indicadores Clave de Rendimiento (KPI) relevantes que miden el rendimiento de la organización en relación con los criterios de la taxonomía;
  • Préparation des divulgations : élaborer les divulgations oPreparación de las Divulgaciones: Elaborar las divulgaciones obligatorias, detallando cómo las actividades de la organización cumplen con los criterios de la taxonomía.
Proceso para alineamiento con la taxonomía verde

Fig. 2 Proceso para alineamiento con la taxonomía verde

Siguiendo estos pasos, una organización puede cumplir con los requisitos reglamentarios de la Taxonomía Verde de la Unión Europea y, al mismo tiempo, fortalecer su compromiso con la sostenibilidad y mejorar su posición en el mercado.

Desafíos en la Implementación

La implementación de la taxonomía verde enfrenta diversos desafíos. Entre los principales obstáculos, se destacan:

  • Incertidumbres Regulatorias: La complejidad de las políticas ambientales y financieras puede generar incertidumbres, dificultando la planificación y la implementación de proyectos verdes y el alineamiento con la taxonomía.
  • Coste y Complejidad: Adecuar las operaciones a las exigencias de la taxonomía verde puede requerir inversiones y ser técnicamente desafiante, especialmente para pequeñas y medianas empresas que pueden no tener los recursos necesarios para cumplir con los nuevos requisitos.
  • Transparencia y Divulgación: Las empresas necesitan desarrollar sistemas robustos para medir y reportar su rendimiento ambiental de manera transparente y consistente, lo cual puede ser una barrera para muchas.

Superar estos obstáculos es esencial para que la taxonomía verde alcance su potencial de impulsar un desarrollo económico sostenible y responsable.

El Papel de los Gobiernos y las Instituciones

Los gobiernos y las instituciones desempeñan un papel crucial en la facilitación de la implementación de la taxonomía verde a través de varias acciones estratégicas:

  • Desarrollo de Políticas y Regulaciones Claras: Los gobiernos pueden crear regulaciones claras y consistentes que proporcionen una guía sólida para empresas e inversores, ayudando a reducir incertidumbres y promover prácticas sostenibles.
  • Incentivos Financieros: Ofrecer incentivos fiscales, subsidios y otras formas de apoyo financiero puede animar a las empresas a adoptar prácticas verdes. Esto puede incluir desde reducciones de impuestos hasta financiamientos preferenciales para proyectos sostenibles.
  • Promoción de Asociaciones Público-Privadas: Fomentar asociaciones entre el sector público y privado puede acelerar la implementación de proyectos sostenibles, combinando recursos y conocimientos de ambas esferas.
  • Educación y Sensibilización: Promover campañas de educación y sensibilización para el público y para las empresas sobre la importancia de la sostenibilidad y cómo la taxonomía verde puede beneficiar a la sociedad y al medio ambiente.

Al afrontar los desafíos de la implementación y fortalecer el papel de los gobiernos e instituciones, es posible avanzar significativamente en la transición hacia una economía más verde y sostenible.

Futuro de la Taxonomía Verde

El futuro de la taxonomía verde promete ser un campo dinámico y en constante evolución, con varias tendencias y desarrollos esperados en los próximos años. Este futuro será moldeado por avances tecnológicos, cambios en las políticas gubernamentales y la necesidad de adaptación a las cambiantes condiciones climáticas.

Integración Global y Armonización de Normas

Una de las principales tendencias será la búsqueda de una mayor armonización e integración global de los criterios de la taxonomía verde. Organizaciones internacionales y gobiernos deberán trabajar juntos para crear estándares más uniformes que puedan ser aplicados en diferentes jurisdicciones. Esta armonización facilitará el flujo de capital hacia proyectos sostenibles y reducirá las barreras para empresas que operan en múltiples mercados.

Expansión del Ámbito

Actualmente, la taxonomía verde se concentra principalmente en algunos sectores como energía, transporte y construcción. En el futuro, se espera que su ámbito se expanda para incluir una gama más amplia de actividades económicas. Esto permitirá una aproximación más holística y comprensiva a la sostenibilidad.

Expansión de la cobertura

La implementación de la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) ampliará la obligatoriedad de cumplimiento de la taxonomía verde del actual universo de 11,000 empresas a unas 50,000 organizaciones.

Fortalecimiento de las Políticas e Incentivos Gubernamentales

Los gobiernos de todo el mundo probablemente aumentarán sus esfuerzos para apoyar la taxonomía verde mediante políticas robustas e incentivos financieros. Esto puede incluir la creación de nuevas regulaciones, la oferta de subsidios e incentivos fiscales y el apoyo a iniciativas de investigación y desarrollo. El papel de los gobiernos será esencial para crear un entorno que favorezca la adopción de prácticas sostenibles a gran escala.

Mayor Involucramiento del Sector Financiero

El sector financiero será un catalizador crucial para la implementación de la taxonomía verde. Se espera que bancos, fondos de inversión y otras instituciones financieras aumenten significativamente sus inversiones en proyectos sostenibles. Así, los productos financieros verdes, como bonos verdes y préstamos sostenibles, se volverán más comunes y accesibles.

El futuro de la taxonomía verde es prometedor y lleno de oportunidades para promover una economía global más sostenible y resiliente. Con la colaboración continua entre gobiernos, sector privado y sociedad civil, es posible alcanzar un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.

¿Todavía tienes alguna duda sobre la taxonomía verde?

¿Qué es el Greenwashing?

Greenwashing es un término utilizado para describir una práctica en la que empresas u organizaciones promueven una imagen pública engañosa de responsabilidad ambiental. Esto se hace al divulgar información, acciones o iniciativas que aparentan ser más ecológicas y sostenibles de lo que realmente son. El objetivo es atraer a consumidores preocupados por el medio ambiente, mejorar la reputación de la empresa o evitar críticas, sin implementar efectivamente prácticas sostenibles genuinas.

¿Cuál es la relación entre la taxonomía verde y otras regulaciones y normas ambientales?

La taxonomía verde se relaciona con varias regulaciones, directivas y normas ambientales. En cuanto a la dimensión multilateral, está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, direccionando inversiones hacia actividades que apoyan objetivos como acción climática, energía limpia y comunidades sostenibles. También complementa el Acuerdo de París, al apoyar directamente los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y limitación del calentamiento global.

Dentro de la Unión Europea, la taxonomía verde forma parte del Plan de Acción para el Financiamiento del Crecimiento Sostenible, integrándose con otras regulaciones, como el Reglamento de Divulgación de Información sobre Sostenibilidad en el Sector de los Servicios Financieros (SFDR), que exige divulgaciones sobre la integración de factores ESG en decisiones de inversión. También se alinea con el Reglamento de Benchmark Climático, que define estándares para índices de referencia climáticos, y la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que ampliará los requisitos de informe de sostenibilidad para más empresas.

Además, la taxonomía verde complementa normas internacionales de informes, como la Global Reporting Initiative (GRI) y los estándares del Sustainability Accounting Standards Board (SASB), mejorando la transparencia y la consistencia en los informes de sostenibilidad y facilitando comparaciones y evaluaciones por inversores y otras partes interesadas.

¿Qué actividades de la empresa son elegibles?

La elegibilidad de actividades bajo la taxonomía verde depende de criterios específicos establecidos para determinar si una actividad económica es sostenible. Aquí están los principales tipos de actividades y criterios generales:

  • Actividades de Mitigación Climática:

Energía renovable (solar, eólica, hidroeléctrica);

– Eficiencia energética (renovación de edificios, tecnologías de eficiencia);

– Transporte sostenible (vehículos eléctricos, transportes públicos);

– Agricultura sostenible y prácticas forestales.

  • Actividades de Adaptación Climática:

Infraestructura resistente al clima

– Gestión sostenible del agua;

– Protección contra desastres naturales.

  • Protección y Restauración de la Biodiversidad y los Ecosistemas:

Conservación de la biodiversidad;

– Restauración de hábitats naturales.

Economía Circular:

Reciclaje y gestión de residuos;

– Diseño de productos para reutilización y reparación.

Para ser elegible, una actividad debe:

  • Contribuir significativamente a uno o más objetivos ambientales;
  • No causar daños significativos a otros objetivos ambientales;
  • Cumplir criterios técnicos de rendimiento específicos;
  • Respetar salvaguardas sociales mínimas.

¿Cómo afectará la taxonomía verde el acceso a financiamiento e inversión?

La taxonomía verde puede afectar el acceso a financiamiento e inversión de varias formas:

  • Acceso a Capital Verde: Cumplir con la taxonomía verde puede facilitar el acceso a fondos verdes e instrumentos financieros sostenibles (p. ej., bonos verdes, préstamos verdes). Los inversores institucionales, como fondos de pensiones y fondos soberanos, buscan cada vez más alinear sus carteras con actividades sostenibles.
  • Reducción del Costo de Capital: Las empresas alineadas con la taxonomía verde pueden beneficiarse de condiciones de financiamiento más favorables, como tasas de interés más bajas y mejores evaluaciones de riesgo por parte de los inversores, reduciendo el costo del capital.
  • Atractivo para Inversores: El cumplimiento con la taxonomía verde puede mejorar la reputación de la empresa y aumentar su atractivo para inversores preocupados por ESG. Los inversores se centran cada vez más en evitar activos que puedan estar sujetos a riesgos de transición climática.
  • Incentivos y Subsidios: Los gobiernos e instituciones financieras pueden ofrecer incentivos y subsidios específicos para actividades que cumplan con los criterios de la taxonomía verde, así como programas de apoyo financiero y fiscal para promover la transición a una economía sostenible.

En resumen, la adopción de la taxonomía verde puede traer varios beneficios financieros, además de apoyar la transición hacia una economía más sostenible.

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