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Secretos para el éxito de una organización industrial

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Competir en la economía actual es cada vez más exigente y desafiante. De hecho, solo 52 empresas que estaban en la lista Fortune 500 en 1955, permanecen en esa misma lista hoy.

Desafíos como la constante adaptación a las tendencias del mercado han llevado a la necesidad de adoptar nuevas metodologías organizativas que garanticen equipos flexibles, ágiles e innovadores capaces de ofrecer procesos eficientes y de calidad. Algunas de las claves de su éxito son la organización de los equipos por value stream y la involucración continua del liderazgo.

Organización por Value Stream

Tradicionalmente, una empresa se organiza por funciones y cada departamento se enfoca en su propia operación y responsabilidad. Según esta estructura, cada equipo tiene un conjunto de tareas relacionadas con su área de conocimiento. La principal ventaja de este modelo es el enfoque en la eficiencia de los recursos, que garantiza que, dentro de cada área, las personas sean altamente especializadas en sus funciones y que sus procesos estén extremadamente optimizados. Sin embargo, en la división funcional a menudo hay problemas de comunicación, equipos desnivelados, falta de flexibilidad y largos tiempos de espera y validación.

En una organización por value stream, el enfoque está en la agilidad. En este tipo de estructura, el objetivo es acelerar el proceso de creación de valor y aumentar el enfoque en el cliente. Por lo tanto, todos los recursos son flexibles y los equipos se organizan bajo una perspectiva integral con un enfoque en el producto para el cliente. En este escenario, el objetivo es la eficiencia del flujo, esto es, garantizar que la producción se desarrolle en el menor tiempo posible. De este modo, hay un flujo de producción más cercano a lo unitario y el trabajo en curso se reduce drásticamente. En la práctica, hay un equipo para la familia de productos A y otro para la familia de productos B, con elementos con diferentes funciones en cada uno de ellos.

En una organización por value stream, el enfoque está en la agilidad. En este tipo de estructura, el objetivo es acelerar el proceso de creación de valor y aumentar el enfoque en el cliente. Por lo tanto, todos los recursos son flexibles y los equipos se organizan bajo una perspectiva integral con un enfoque en el producto para el cliente. En este escenario, el objetivo es la eficiencia del flujo, esto es, garantizar que la producción se desarrolle en el menor tiempo posible. De este modo, hay un flujo de producción más cercano a lo unitario y el trabajo en curso se reduce drásticamente. En la práctica, hay un equipo para la familia de productos A y otro para la familia de productos B, con elementos con diferentes funciones en cada uno de ellos.

Involucración del liderazgo

Como afirma Gerard Poolman, director de CI mejora continua en Shell, la involucración de los directivos es el principal factor de influencia para el éxito de cualquier tipo de transformación. De hecho, el liderazgo debe asumir un papel activo en la dirección y estímulo de la acción, dando responsabilidad y autonomía a los diferentes equipos para que la excelencia se pueda alcanzar de forma global.

Para demostrar este soporte es esencial que los líderes desarrollen tres comportamientos que se complementan: expresar, modelar y reforzar. En primer lugar, exprese por qué es importante esta transformación y hágalo de forma auténtica y genuina. Luego, modelar, es decir, liderar dando el ejemplo. Para ello, no sólo deben practicar comportamientos como los Gemba Walks y las reuniones diarias de equipo, sino también hacer de esta transformación una prioridad y, por tanto, asignar recursos internos a su implementación. Por último, reforzar mediante la promoción positiva o el reconocimiento de los comportamientos alineados con los principios de la transformación en cuestión.

Lograr la agilidad organizativa es un proceso de liderazgo que requiere cambios profundos en toda la organización. Este proceso empieza con la identificación de las líneas de negocio de la empresa y su porcentaje de la facturación total. A continuación, se realiza un mapeo detallado de cada value stream y se identifican las diferentes funciones involucradas en cada uno de estos procesos. A partir de este mapeo, se efectúa una reestructuración de los equipos, ajustándolos al nuevo concepto agile. Es en esta fase donde el papel del liderazgo dictará el éxito de la transformación, potenciando el desarrollo de la empresa y garantizando la competitividad en el mercado en el que actúa.

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