Excelencia en laboratorios de CQ: una guía paso a paso para la fase de diagnóstico

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Excelencia en laboratorios de CQ: una guía paso a paso para la fase de diagnóstico

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Para alcanzar la excelencia en los laboratorios de control de calidad, se necesita algo más que pruebas rutinarias y de conformidad. Se requiere un enfoque estructurado para identificar ineficiencias, alinear equipos y construir una base sólida para mejoras sostenibles. La fase de diagnóstico es la piedra angular de este proceso. Al aplicar los principios Kaizen, las organizaciones pueden transformar sus operaciones de CQ en impulsoras de la eficiencia, la fiabilidad y la mejora continua.

Esta guía proporciona un enfoque paso a paso para llevar a cabo una fase de diagnóstico eficaz en los laboratorios de control de calidad (CQ).

Diagrama de escalera de cuatro etapas de un proceso de diagnóstico: 1. Preparación y recopilación de datos, 2. Mapeo del estado actual, 3. Diseño del estado futuro, 4. Plan de implementación e informe

Figura 1 – Diagrama de cuatro etapas de un proceso de diagnóstico

1. Preparación y recopilación de datos

La fase de diagnóstico comienza con una preparación minuciosa y una recopilación sistemática de datos. En esta etapa, el objetivo es establecer una base sólida, alineando a los equipos, aclarando los objetivos y recopilando la información clave necesaria para comprender los desafíos actuales.

Preparación del proyecto

El éxito de cualquier fase de diagnóstico comienza con una preparación minuciosa del proyecto. Esto incluye definir una agenda clara, seleccionar al equipo adecuado, asignar responsabilidades, implicar a los stakeholders y organizar la logística. Un inicio bien estructurado no solo establece el alineamiento en torno a los objetivos y las expectativas, sino que también genera un compromiso inicial, garantizando que todo el equipo esté motivado y preparado para impulsar el proceso.

Recopilación de datos

El siguiente paso consiste en recopilar la información relevante sobre el proceso. Esto incluye detalles del flujo de trabajo, volúmenes de carga de trabajo, tiempos de respuesta, tasas de error y patrones de asignación de recursos. Recopilar estos datos crea la base para el análisis y pone de relieve dónde pueden encontrarse las mayores ineficiencias.

Voz del cliente

Es fundamental escuchar a los stakeholders. A través de un ejercicio de Voz del Cliente (VoC), se recogen las dificultades de los clientes internos, del equipo de laboratorio y de la dirección. Esto no solo proporciona insights valiosos sobre la satisfacción y las expectativas, sino que también promueve la implicación, permitiendo que los stakeholders tengan voz en la definición de la agenda de mejora.

La evaluación VoC combina un análisis cuantitativo y cualitativo. Por un lado, las encuestas y entrevistas estructuradas miden la diferencia entre la importancia y la satisfacción en distintas dimensiones clave. Por otro lado, el análisis típico de la VoC compara el rendimiento en vectores clave como la accesibilidad y la capacidad de respuesta, el conocimiento del negocio, la orientación a las soluciones, la facilidad de uso de las soluciones y la orientación al cliente. Esto permite a las organizaciones identificar sus fortalezas y debilidades. La VoC destaca no solo las principales oportunidades de mejora, sino también los aspectos positivos que deben conservarse.

Análisis de datos

Los datos recopilados se transforman en insights accionables que sirven de base para los debates en equipo. Mediante el uso de herramientas como gráficos de control, análisis de capacidad y boxplots, se identifican las variabilidades y los cuellos de botella. Esta preparación estructurada de la información garantiza que las oportunidades de mejora se destaquen claramente y proporciona un punto de partida basado en hechos para priorizar las acciones durante la fase de diagnóstico.

Benchmark

El benchmarking ofrece una perspectiva externa que complementa el análisis interno. Combina una revisión de la literatura, entrevistas con empresas del mismo sector, comparaciones entre sectores e información proveniente de sistemas de información. Este enfoque permite a los laboratorios de CQ identificar las mejores prácticas, comprender las brechas de rendimiento y captar soluciones innovadoras que pueden no existir internamente. Al compararse con empresas del mismo sector y con diferentes sectores, las organizaciones garantizan que las oportunidades de mejora sean ambiciosas, pero alcanzables.

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2. Mapeo del estado actual

Una vez finalizadas la preparación y la recopilación de datos, el siguiente paso consiste en desarrollar una comprensión profunda de cómo opera actualmente el laboratorio de CQ. El mapeo del estado actual proporciona una visión holística de los procesos, los recursos y el rendimiento, lo que permite a los equipos visualizar las ineficiencias y descubrir oportunidades de mejora.

Introducción

Para garantizar el alineamiento, la fase de diagnóstico suele comenzar con una introducción a los principios Kaizen. Esta etapa dota a los equipos de la mentalidad y las herramientas necesarias para analizar críticamente las operaciones actuales y participar activamente en el diseño de las mejoras.

Análisis del flujo de materiales y muestras

Mapear el flujo de materiales y muestras proporciona una visión clara de cómo avanza el trabajo en el laboratorio. Ayuda a identificar cuellos de botella, retrasos, redundancias y transferencias innecesarias que aumentan los tiempos de espera. Al visualizar cada etapa, desde la recepción de muestras hasta la elaboración de los informes, los equipos pueden distinguir entre actividades con valor añadido y sin valor añadido, cuantificar los tiempos de espera y detectar ineficiencias que a menudo pasan desapercibidas en la rutina diaria. Este análisis es esencial para reducir los desperdicios, equilibrar las cargas de trabajo y, en última instancia, reducir los tiempos de respuesta.

Análisis de la planificación estratégica

Los laboratorios de CQ deben estar alineados con las prioridades del negocio y de la producción. El análisis de la planificación estratégica examina cómo se estructuran los recursos para responder a distintos escenarios de demanda y evalúa si el modelo organizacional es el adecuado en función del objetivo establecido. El análisis también revisa el uso de métodos de prueba, identificando posibles alternativas que puedan optimizar la capacidad y reducir los cuellos de botella. Esto garantiza que el laboratorio no solo funcione con eficiencia en el presente, sino que también esté preparado para adaptarse a los futuros cambios en la demanda.

Análisis de mejora de la eficiencia

En esta fase, los equipos evalúan la eficiencia identificando tareas que no añaden valor, tiempos de espera excesivos o retrabajos. La observación directa y los estudios de tiempo son especialmente valiosos para detectar ineficiencias que permanecen ocultas en los informes.

El análisis también aborda la optimización del flujo de trabajo, incluyendo la logística, el equilibrado de tareas, el diseño del laboratorio y la gestión visual. Paralelamente, se evalúan las prácticas de gestión de datos, desde el mantenimiento de registros y el flujo digital hasta la integración de instrumentos y herramientas de análisis. Por último, se revisa el nivel de automatización en las pruebas de alto volumen para identificar oportunidades de ejecución más rápidas y fiables.

Análisis de la planificación de la ejecución

La planificación de la ejecución se centra en cómo se programa y distribuye la capacidad del laboratorio. Se evalúa si los recursos —personal, equipos y consumibles— se asignan de forma eficaz y si las tareas se priorizan de acuerdo con los acuerdos de nivel de servicio (SLAs) y las prioridades del negocio.

El análisis también verifica las condiciones relacionadas con la disponibilidad de capacidad, como la matriz de competencias del equipo, el mantenimiento de los equipos y la gestión del inventario. Cuando la planificación está desalineada, surgen cuellos de botella y retrasos; cuando está optimizada, se garantizan cargas de trabajo equilibradas, tiempos de respuesta fiables y una mejora en el rendimiento global.

Cuantificación de escenarios posibles

Para apoyar la toma de decisiones, se cuantifican diferentes escenarios. Por ejemplo, ¿qué ocurre si aumenta la demanda o si se redistribuyen los recursos? Esta etapa permite mantener debates basados en hechos sobre cómo mejorar la resiliencia y la adaptabilidad.

3. Diseño del estado futuro

Con una comprensión sólida de la situación actual, el foco pasa al diseño del estado futuro deseado. Esta fase permite a los equipos visualizar cómo debe ser la excelencia en las operaciones de CQ y cómo pueden traducir esa visión en soluciones accionables.

Formación en metodología Kaizen

Antes de avanzar hacia el diseño de soluciones, los equipos reciben formación en metodologías Kaizen. Esto garantiza que todos compartan una comprensión común de los principios Lean, como la eliminación de desperdicios y las prácticas de mejora continua.

Definir qué significa ganar

Mediante un ejercicio de «hoja en blanco», el equipo define el estado futuro ideal (what winning looks like), es decir, lo que representa la excelencia en las operaciones de CQ. Esta visión establece la dirección a seguir y motiva a los stakeholders a trabajar hacia un objetivo común.

Diseño y cuantificación de soluciones

En esta etapa, se crean conjuntamente las soluciones para colmar las brechas identificadas durante la fase de diagnóstico. Estas pueden incluir nuevas normas operacionales, rediseños de flujos de trabajo o la introducción de herramientas digitales para agilizar los procesos. Las soluciones se agrupan en clusters de oportunidades, garantizando que se aborden tanto las ganancias rápidas como las mejoras estructurales a largo plazo.

Siempre que sea posible, se desarrollan prototipos y proyectos piloto para probar y validar los nuevos procesos antes de su implementación a gran escala. Cada solución se cuantifica en términos de costes, beneficios esperados e impacto sobre los indicadores clave de rendimiento, garantizando la viabilidad y el alineamiento con los objetivos del negocio.

4. Plan de implementación e informe final

La fase final del proceso de diagnóstico transforma las soluciones diseñadas en Eventos Kaizen específicos, apoyados por un sólido business case. Esto garantiza que las iniciativas de mejora transiten de forma fluida del diseño a la ejecución, con una justificación clara, un impacto medible y un fuerte alineamiento organizacional.

Priorización de soluciones

No todas las soluciones pueden implementarse de una sola vez. La priorización es fundamental, equilibrando los beneficios rápidos con las iniciativas a medio y largo plazo. Esto garantiza que se mantenga el impulso, al tiempo que se construye una base para mejoras sostenibles.

Plan de implementación

Un plan de implementación detallado traduce la visión del estado futuro en etapas accionables. Define entregables claros, responsabilidades y cronogramas, vinculando cada iniciativa a métricas de éxito medibles.

Se definen estructuras de gobernanza y responsables de las iniciativas para garantizar una rendición de cuentas colectiva, y las actividades se priorizan en función de su impacto y viabilidad. Cada iniciativa suele seguir cuatro fases — preparación, workshops intensivos con implementación, puesta en marcha y estabilización — lo que garantiza que las mejoras se mantengan y se integren en las operaciones diarias.

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Análisis de costes y beneficios

Cada iniciativa se somete a una evaluación de coste-beneficio. Esto ayuda a la dirección a asignar los recursos de forma informada y proporciona transparencia sobre los retornos esperados, incluyendo a menudo cálculos del ROI para demostrar el impacto financiero.

Business case e informe final

La fase de diagnóstico concluye con la elaboración de un business case que consolida las oportunidades identificadas, las soluciones, los beneficios esperados, los costes y el ROI. Esto proporciona una justificación clara para la inversión y su priorización.

Los resultados se presentan en una sesión formal: primero a la alta dirección, para validar las recomendaciones, y posteriormente a un grupo más amplio de stakeholders, para garantizar la transparencia, la alineación y el compromiso con las próximas etapas de implementación.

Resultados sostenibles y excelencia a largo plazo

Una fase de diagnóstico bien ejecutada permite a los laboratorios identificar ineficiencias, alinear equipos y diseñar soluciones preparadas para el futuro, respaldadas por business cases claros. Esencialmente, depende de la participación activa de los equipos de laboratorio a lo largo de todo el proceso, lo que garantiza que las mejoras sean tanto prácticas como adoptadas por quienes las van a implementar.

Más que una evaluación puntual, la fase de diagnóstico ofrece un roadmap para mejoras mensurables en el rendimiento, la conformidad y la fiabilidad. Y esto es solo el comienzo. Su verdadero valor surge durante la fase de implementación, donde las soluciones priorizadas se ejecutan, se monitorizan y se estabilizan, transformando el diseño inicial en resultados sostenibles y en la consecución de la excelencia a largo plazo en las operaciones de CQ.

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